Para la mejor realización de estos ejercicios tómate un momento para ti, asegúrate de que nadie vaya a interrumpirte. Lee despacio los textos en rojo, tomándote las pausas que necesites.
Ve pasando de un párrafo al siguiente muy lentamente, mientras realizas en tu cuerpo las indicaciones del ejercicio.
Si tienes alguna duda, abajo de la página puedes dejar un comentario.
Que todo te sea propicio.

  1. La cuenta circular. Ejercicio sencillo de respiración para recuperar la calma y centrarnos.

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1. La cuenta circular

Ejercicio sencillo de respiración para recuperar la calma y centrarnos.

Pon tu atención en tu vientre, lo ideal es en el ombligo, pero cualquier punto entre tu estómago y el bajo vientre estará bien.

Nota tu respiración. Deja que sea natural, que sea tu cuerpo quien escoja el ritmo.

Al inspirar cuentas mentalmente: uno.
Al espirar cuentas: dos.
Inspiras: tres.
Espiras: cuatro.
Inspiras: cinco.
Espiras: seis.
Inspiras: siete.
Espiras: ocho.
Inspiras: nueve.
Espiras: diez.
Y al inspirar cuentas… UNO.
Y vuelves a empezar la serie.

Si la mente se va a otro lado, en cuanto te das cuenta de que te has ido del vientre, vuelves a “uno” al inspirar. Da igual que hayas puesto el automático y vayas por 237, inspiras y cuentas “uno”.

No se trata de que no aparezcan otros pensamientos, pueden venir pensamientos, los notas y los dejas marchar, mientras sigues contando. Sólo cuando tu mente se ha “ido”, vuelves a “uno”. No te recriminas, sólo dices “uno” y empiezas de nuevo.

No importa que no sientas la respiración en el vientre, sólo pones tu atención ahí. Si al cabo de un tiempo de realizar este ejercicio ves que tu vientre no se mueve con la respiración, puedes tumbarte con un libro en la barriga y pruebas a levantarlo voluntariamente cada vez que inspiras y bajarlo al soltar el aire.

Este ejercicio puede hacerse en cualquier circunstancia en que no necesitas pensar sobre algo. Mientras caminas, antes de dormir, en la cola de la tienda, mientras friegas los platos o bajas en el ascensor. Cada persona tiene un nivel distinto de estrés acumulado, así que algunos necesitarán practicar poco y a otros les llevará bastante tiempo, meses incluso, de práctica para ir creando un centro tranquilo en el vientre.

El lugar del cuerpo donde respiramos es nuestro centro de gravedad, si tenemos mucho estrés, la respiración y la energía suben, el corazón se congestiona y la cabeza da vueltas. Estamos muy inestables. Piensa en uno de esos muñecos que llevan una carga en su base, tentempiés, por mucho que los empujes no puedes tirarlos, su centro de gravedad bajo les da estabilidad. Pues con los seres humanos es igual.

Cuanto más bajo estés con tu respiración en el vientre, más calma consigues. A veces quieres calma pero también presencia, no estar como dormido. Entonces lo suyo es respirar en la boca del estómago. En el vientre atesoramos nuestra Paz. En el estómago tenemos nuestro Poder, nuestra Presencia en el mundo.

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