Recuperar nuestro Centro
Gracias a Cristina, amiga y seguidora del blog, por un comentario en el post Lo primero siempre tranquil@ – 1. El Miedo, en el que preguntaba mi opinión sobre “el hecho de ser positivo y optimista pero desapegado de la realidad y que la fantasía contamine los pensamientos, el generar expectativas e imágenes”, porque me ha hecho darme cuenta de la necesidad de tener muy, muy claro “desde dónde” actuar en la vida y, por lo tanto, cómo volver a ese “centro de control” cuando lo perdemos en momentos de crisis: angustia, miedo, estrés, confusión, depresión, etc.
Desde mi punto de vista, y el de muchos otros terapeutas, los problemas psicológicos son, en realidad, intentos de solución de un conflicto en la vida. Si no se resolvió el conflicto fue porque ese intento se hizo tomando un camino sin salida que, a la larga, fue acumulando desatinos y se convirtió en un verdadero problema para el natural desenvolverse de esa persona en su día a día.
La mayoría de las veces elegimos una mala solución porque miramos el conflicto desde el lugar inadecuado. Como en la pregunta de Cristina, cuando nos planteamos qué es lo mejor, “ser optimista o pesimista” caemos en la trampa de intentar resolver desde “lo que debiera ser”, o lo que es lo mismo, desde nuestro Sistema de Creencias mental. Cuando realmente, este sistema sólo está preparado para decirnos qué pasos prácticos dar en lo cotidiano para llegar a ese “lo que debiera ser”.
Y así nos confundimos al elegir el lugar desde el que tomamos las decisiones importantes en la vida. Si “soy optimista” pierdo el contacto con la realidad, y si espero lo peor, si “soy pesimista”, nada me va a sorprender pero impregno mi vida de una seriedad que ahoga a la alegría. Pero no necesitamos “ser” ni una cosa ni otra. La vida es continuo cambio, así que lo único que necesitamos en cada bifurcación, en cada elección importante, es pararnos y conectar con nuestro Centro para que nos diga hacia dónde debemos ir.
Hay muchas maneras de recuperar nuestro núcleo, nuestra presencia. En este audio tienes un ejercicio de reconexión energética para recuperar tu Centro y además energetizarte. De nuevo gracias a Manuel Álvarez por prestar su preciosa música para esta grabación.
Elegir bien es especialmente importante en situaciones de crisis, cuando lo estamos pasando mal y nos pegamos contra todos los muros del laberinto sin encontrar una buena salida. Si echamos mano de los argumentos que resuenan en nuestra cabeza, la mayoría negativos, sobre lo que debemos hacer, o nos enredamos en los porqué nos pasa lo que nos pasa, esas explicaciones que no explican nada y, en última instancia, son las que nos han empujado hasta el atasco en que nos encontramos, nos perdemos. Nos perdemos porque nos vamos a un centro que no es nuestro, sino de alguien ajeno que lo puso ahí. “No seas confiado en la vida, hijo mío, que te va a ir muy mal”, “ser optimista es de tontos”, “míralo, con sus pájaros en la cabeza, así no vas a ningún sitio”,… Así que…Recuerda: Lo primero, siempre, tranquilo, tranquila.
Y para estar tranquilo: pararse, literalmente, siempre que no sea en mitad de la calle, claro, sentarse a ser posible, cogerse a la respiración, y darle tiempo al cuerpo y mensajes a la mente, al inspirar tomo calma, al espirar suelto tensión, para que poco a poco el Centro se vaya abriendo.
Sólo quedarse observando lo de dentro, sensaciones físicas, no pensamientos. Todo lo demás lo dejamos aflorar y marcharse.
Al final, nuestro centro se abre y podemos empezar un diálogo con nuestro Ser acerca de lo que es bueno y necesario para nosotros en ese conflicto particular en la vida.
Cuando la persona está muy equilibrada, a eso se le llama “consultarlo con la almohada”. Pero cuando arrastra problemas psicoemocionales del pasado, no es tan sencillo. Y hace falta un entrenamiento exhaustivo para volver a abrir el Centro, que se cerró para protegerse.
Pero nunca hay que olvidar, que por muy escondido que esté, ese Centro, esa Sabiduría, ese Sanador o Sanadora Interior, que sabe lo que es bueno y necesario para nosotros a cada instante, está ahí, esperando. Esperando a que nos acerquemos con respeto y amor para invitarlo a abrirse de nuevo, para recuperar su confianza, poder escucharlo y volver a estar completos en la vida.
Y ya para despedirme, os voy a dejar un ejercicio que aprendí en el Instituto Erickson de Madrid, para cuando además de perder el Centro emocional, también perdemos nuestra conexión con la realidad, algo relativamente frecuente en ataques de pánico, por ejemplo. Tema del que hablaré con más extensión en futuros posts.
Un abrazo y hasta pronto.

Ejercicio para reconectar con la realidad
Ejercicio de las Cinco Cosas que podemos Sentir
Lo que nos une a la realidad material son los sentidos. Cuando nos perdemos en lo mental, la realidad material puede llegar incluso a parecernos extraña, ajena. Nos desconectamos, sufriendo así una experiencia muy inquietante que agrava los síntomas de miedo y estrés. En esa situación utilizar nuestros sentidos corporales nos puede ayudar a volver al mundo.
Para ello, cuando estás en esa situación o mejor, entrando en ella, nombra en voz alta:
Cinco cosas que puedo ver.
Cinco cosas que puedo oír.
Cinco cosas que puedo sentir con el tacto, en la piel o en mi interior. O que puedo oler o gustar.
Si hace falta, repites de nuevo el ejercicio hasta que sientas que has vuelto a la realidad.