Como niños que van como locos
Son como niños que van como locos. He juntado estas dos frases hechas para dar un título que describa sin tanta carga este enfoque sobre el machismo y las relaciones de codependencia. Por supuesto el tema es muy complejo y lo suficientemente brutal como para no bromear con ello, pero es absolutamente necesario hacer llegar a toda la sociedad ideas claras que sirvan a la gente para salir de las relaciones de codependencia que sostienen todavía al machismo en pleno 2016. Si el 2001 era una odisea en el espacio, nuestra odisea es que todavía estamos por solucionar uno de los problemas más graves que azotan a la humanidad, el llamado feminicidio, la violencia machista contra las mujeres aquí en la Tierra.
No voy a exponer aquí toda mi visión sobre este tema porque sería demasiado largo para que entrara en un post y porque es un trabajo que todavía estoy desarrollando. Quien quiera hacerse una idea más amplia, más abajo tiene un audio de la charla que di en Sabiote (Jaén) para el IV Ciclo de Conferencias La Hormiga Azul: Machismo- De la Codependencia a la Responsabilidad, este mes de mayo.
Sí voy a centrarme en este aspecto de la inmadurez funcional de las personas que tienen relaciones de codependencia de corte machista. Para ello me he servido del precioso enfoque de Bert Hellinger de los Órdenes del Amor y el infrautilizado Análisis Transaccional (AT) de Eric Berne.
Vaya por delante que el machismo es el abuso brutal del varón sobre la mujer y no tiene justificación alguna. Pero sí podemos entender cómo funcionan los mecanismos internos de estas relaciones basadas en la “necesidad” y no en el amor, para así poder salirnos del bucle que puede terminar de forma extrema con acciones terribles.
La tesis básica es que las relaciones de pareja de codependencia son falsas relaciones padres-hijos, en las que la mujer hace a veces de madre del varón y éste, a veces también, de padre de ella, de padre malo, lo que se llama Padre Crítico en AT por no utilizar otros apelativos más gruesos. Al salir a formar su propia familia con carencias básicas de la familia de origen, tanto hombres como mujeres buscan en su pareja lo que no recibieron en su infancia, el amor y la valoración que les faltaron, y esto crea unas dinámicas que permiten y potencian los comportamientos machistas: afán de posesión del hombre sobre la mujer, tratarla como si fuera una niña o un objeto, sentirse perdido si la pierde como un niño pequeño sin su mamá. Y en las mujeres, sentir pena por su maltratador o culpa por no poder darle lo que él demanda, suponiendo que eso fuera posible, que no lo es, porque ni es su madre, ni él es ya un niño.
Como describe el AT, todos los seres humanos que sufren carencias en sus necesidades básicas en la infancia, de adultos, cuando están en situaciones relacionadas con esas carencias se comportan como niños o adolescentes. Siguen intentando resolver esos conflictos como niños y no como adultos. Funcionan, funcionamos, como individuos inmaduros, necesitados, dependientes de que alguien nos consiga lo que queremos. Y si no, en vez de hacernos responsables de nuestros asuntos, descargamos nuestra frustración sobre nuestra pareja, como el niño que se quema al comer y le echa la culpa a la mamá por no haberle soplado la cuchara antes. O de una mujer que sigue esperando que ese hombre que no hace más que despreciarla vaya a salvarla de su falta de amor por sí misma, “es que le amo, no puedo vivir sin él”, y eso justifica cualquier agravio. Son como niños corriendo como locos en una cinta sin fin que sólo lleva a mantener vidas infelices, mucho daño para hijos e hijas y, en su extremo, el maltrato o el asesinato. (Más abajo tienes un diagrama que explica los movimientos de este bucle de codependencia.)

Sin Respeto no hay Amor
Quiero aclarar que este enfoque no justifica la violencia machista por incapacidad psicológica del maltratador. Todos somos responsables de nuestros actos en la edad adulta. Ese mismo hombre en otras circunstancias, delante de una figura de autoridad para él, por ejemplo, se habría contenido perfectamente para no perpetrar el daño. La inmensa mayoría de los machistas violentos ejercen su violencia en la intimidad del hogar, lo que lo hace especialmente horrible por la contradicción brutal: donde debiera sentirse más segura una mujer, un niño, es donde más amenazados se sienten.
Así que, salvo raras excepciones, son perfectamente capaces de discriminar entre hacer el daño y no hacerlo, por lo tanto, el sometimiento a la ley de estos actos delictivos es necesario.
Pero no suficiente. Mas que el castigo, necesitan aprender a manejar sus respuestas emocionales y actualizar su sistema de creencias machista para darse cuenta que otra forma de relacionarse es posible. Pero, sobre todo, necesitan trabajar sus carencias internas que son las que les impiden “crecer” en ese aspecto de su vida y así desmontar el mecanismo oculto que rige el bucle de codependencia que les mantiene corriendo como ratones en una rueda sin fin que sólo trae ruina para “los suyos”.

Dañar lo que más amamos, eso es el machismo
El abuso de poder contra la vida misma
Y eso vale para los individuos en cuanto a responsabilidad personal, pero también para la sociedad que a muchos niveles da ejemplos continuos de abuso de poder e hipocresía, y que necesitamos revisar como ciudadanos y ciudadanas libres para cambiar de parámetros y justificaciones político-económicas, costumbres sociales rancias, y el cultivo de la estulticia generalizada a través de los medios de comunicación controlados por aquellos que se lucran gracias a que la población permanece en la ignorancia y la falta de libertad.
Las personas necesitamos “crecer” para convertirnos en seres humanos. En adultos y adultas que toman responsabilidad de sus propias acciones y tienen un código interno a favor de la vida, y no en contra. Y esto se consigue educando en humanidad y sanando las carencias tanto de víctimas como de perpetradores.
Para que la igualdad entre varón y mujer se haga realidad. Para que nuestros hijos y nietas se conviertan en adultos autosuficientes que compartan y cooperen con los demás, y amen a los suyos.
¡Que así sea!
Aquí te dejo un mapa de la dinámica de codependencia que da soporte al machismo, para que puedas orientarte en el audio de la charla. Cualquier cosa que quieras, ya sabes, puedes comentar más abajo, o escribirme. Siempre feliz de recibir tus aportaciones.